Un Camino de Santiago visto desde el lado humano, nada de albergues, carreteras o senderos; sólo la gente que los habita.
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domingo, 4 de julio de 2010
Jóvenes bicigrinos desde Sevilla
Cinco jóvenes, una chica entre ellos, que vienen desde Sevilla. La chica iba fatal de fuerzas, haciendo eses en la subidas, en un momento dado le adelanta un coche y casi la golpea, ¡vaya lengua la de la chica!...¡mamón!...¡hijo de puta!, el conductor bajó la ventanilla y le gritó: ¡Qué carayo quieres parva! y la chica: ¡Para si tienes huevos!, a todo esto los otro cuatro chicos del grupo, como cuatro armarios empotrados, mirando con ojos de fuego al conductor...¡baja del coche maricón si tienes lo que hay que tener!...el individuo en cuestión no era tonto y sabía que si bajaba le iban a llover ostias de todos los lados, incluso no descarto que yo los habría ayudado; aceleró y en un segundo ya estaba en lo alto de la cuesta. La rabia hizo que la jovencita subiera la cuesta de un tirón.
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Cinco jóvenes, una chica entre ellos, que vienen desde Sevilla. La chica iba fatal de fuerzas, haciendo eses en la subidas, en un momento dado le adelanta un coche y casi la golpea, ¡vaya lengua la de la chica!...¡mamón!...¡hijo de puta!, el conductor bajó la ventanilla y le gritó: ¡Qué carayo quieres parva! y la chica: ¡Para si tienes huevos!, a todo esto los otro cuatro chicos del grupo, como cuatro armarios empotrados, mirando con ojos de fuego al conductor...¡baja del coche maricón si tienes lo que hay que tener!...el individuo en cuestión no era tonto y sabía que si bajaba le iban a llover ostias de todos los lados, incluso no descarto que yo los habría ayudado; aceleró y en un segundo ya estaba en lo alto de la cuesta. La rabia hizo que la jovencita subiera la cuesta de un tirón.
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